El día de ayer me entregaron mi
evaluación docente. La evaluación que los alumnos de bachillerato hacen de
forma anónima hacia sus profes. Entre todos los comentarios me llamó la
atención uno que decía "La maestra es muy exigente, siendo que, creo yo,
literatura solo es una materia de relleno".
Primero me
sorprendí, me indigné ante tal opinión aberrante e insensata de este alumno
desconocido. Me cuestioné desde los programas de lectura escolar hasta los
hábitos de lectura hogareños.
No obstante después analicé la situación y ahora creo que
el alumno (a) tiene toda la razón. La literatura afortunadamente SI es una
actividad de relleno.
Pero no es de la forma menospreciante como lo indica el
alumno, sino como un relleno fortuito de aquellos espacios que la ciencia, la
Historia y el tiempo no tienen la habilidad para llenar.
Pienso que la literatura nos llena de la experiencia
humana. ¿Qué sería de nuestro conocimiento de la Historia Universal si no fuera
acompañada de una narración de los héroes y heroínas, villanos y actores que
nos hacen recordar de forma más viva las fechas y lugares de nuestro pasado?
¿Qué de la ciencia sin la ciencia ficción? ¿Qué de la propagación de la especie
sin la poesía y las historias de romance?
Que afortunado comentario me ha dado este alumno sin rostro
porque entonces decido ser maestra de materia de relleno, y rellenar a mis
alumnos de cuantos cuentos, novelas, mitos, epopeyas y leyendas pueda
introducir en aquellos huecos cerebrales de los que aún no se han apoderado las
materias que apelan al sentido común y directo, y que te hacen ser un adulto
serio y rígido en un mundo serio y rígido.
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