viernes, 9 de abril de 2010

Decidí crear este espacio con el fin de exponer la urgencia de reconocer los esfuerzos, estragos y necesidades del promotor de lectura de Tijuana. Aunque estoy segura se extiende a los promotores nacionales y probablemente de toda América Latina.

Pero por hoy busco retener tu atención en el promotor tijuanense, vinculado al Programa Nacional de Salas de Lectura Comunitarias. Individuo cuyos gustos por la palabra escrita se desborda y busca siempre reclutar lectores en esta ciudad cuyos pasatiempos literarios ya vienen diluidos a través del entrenado ojo de un director fílmico o televisivo.

Yo, igual que tú, no inicié este oficio con la adquisición de una constancia que indicaba el cumplimiento de horas en uno o dos talleres de capacitación. Nuestra labor inició desde el momento que contamos una historia leída, desde el instante que prestamos un libro de nuestra colección personal sin hesitación o miedo de no verlo nunca jamás, y desde el momento en que donamos libros sin pensar que tal vez era una versión muy cara para donar. Desde ahi, estabamos destinados a ser promotores de lectura.

Pero un día escuchamos del Programa Nacional de Lectura y de las Salas de Lectura Comunitaria, programa que ha ofrecido a México por quince años, libros gratuitos y de calidad con el fin de difundir la cultura oral y escrita.

A los que logramos pasar los cursos de inducción se nos dotó de cien libros (o doscientos en los mejores casos) que desde el momento en que tomamos posesión debimos promover en nuestra comunidad a través del préstamo a domicilio y la creación de círculos de lectura semanales. Vinculado a ese placer vino la labor de crear un reporte bimensual sobre las actividades realizadas en grupo, numero de lectores, edad, actividades de promoción, publicidad utilizada y todo el proceso al que un promotor se compromete a realizar mientras tenga la colección en su posesión. Todo de forma no solo gratuita, sino que sin recursos materiales para realizarlas.

¿Pero saben qué? al principio nada nos disuade de nuestra emoción, y aceptamos todo compromiso con gusto porque lo que deseamos es prestar esos tesoros, desarrollar actividades que creen un vínculo comunitario y con ello ser un miembro activo del desarrollo cultural de la comunidad. Y al inicio funciona muy bien y se envían los reportes de forma puntual llenos de energía y entusiasmo. Y eso es suficiente... por un tiempo.

Admito, aunque algunos lo nieguen en este momento, que el programa esta bien estructurado, su objetivo es bueno y justo, los libros son de buena calidad, variados y los cursos de capacitación son excelentes. Solo hay un problema, y es uno solo construido por varios pequeños problemas que se condensan en poco seguimiento a los reportes y a las necesidades del promotor.

¿Cuántas veces han caído en el silencio nuestros reportes, sin confirmación de recibimiento, sin reconocimiento del logro lector o promotor? Pero el promotor continúa hasta que su presupuesto y paciencia lo permite. Entonces sin seguimiento de la coordinación de su programa, sin recursos para continuar sus actividades queridas, el promotor desanimado, cierra (temporalmente) su sala comunitaria para buscar sustento.
No es el caso de un promotor, es la lamentable realidad de muchos de nosotros que nos rendimos convencidos de que las mismas personas que nos dieron alas de papel, terminan quemándonoslas.

Recientemente recibimos la invitación para celebrar los 15 años de logros de funcionamiento del programa nacional, invitandonos a formar parte de un tomo especial en donde aparecian las fotografias de las actividades de nuestras salas de lectura. Lamentablemente muchos no tuvimos salas que ofrecer.

Repito, el programa es bueno, y todo logro realizado es digno de aplaudirse. Pero no puedo quedarme callada cuando quieren hacer un altar al programa cuando hay varios problemas que corroen sus cimientos.

Tú promotor que lees esto, lector que te das cuenta de los estragos del promotor. Los celebro a ustedes ante todo. Celebro su sagacidad, su deseo de continuar con o sin el apoyo del programa nacional y los invito a levantar la voz, la pluma o el teclado para ser parte de la solución a la grave problemática que ocasiona que nuestro trabajo y necesidades no sean reconocidos a tiempo.

Te invito a incorporar tus opiniones a este espacio, ofrecer tus recursos para otros compañeros y abrir o reabrir un espacio fisico y cibernético para continuar con nuestra amistad con los libros.
Promotor, cuenta con mi apoyo.

Saludos cordiales
Aleida Villa.

2 comentarios:

Florentino Solano dijo...

Hola, aquí reportándome desde San Quintín, qué buena idea has tenido y seguro que cuentas con nuestro apoyo. Pronto haremos de este tu espacio un gran encuentro. Ya verás. Un saludo.

isabel dijo...

Aleida querida, qué bien saber de ti. Un abrazo desde el otro lado del charco, compañera.
Isabel Benito

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